Monday, November 27, 2006

FAVERON Y EL SINDROME TARATA

Yo jamás voy a entender el discurso según el cual en Lima nunca sucedió nada hasta que pusieron una bomba en Miraflores. Lima es una ciudad de ocho millones de habitantes de los cuales cincuenta mil viven en Miraflores y varios millones viven en Pueblos Jóvenes, en barrios marginales donde Sendero Luminoso estuvo muy presente. Es absurdo decir que tú no te diste cuenta de nada hasta que pusieron la bomba en Miraflores. ...Pero también es absurdo decir que la gente de clase media y clase alta no se dio cuenta de nada: cada quien padeció con el terrorismo de maneras distintas. Sendero Luminoso y el MRTA vivían económicamente de los cupos que les pedían a los empresarios, esta gente tuvo que lidiar con Sendero, las bombas personales y los secuestros...

16 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Siempre en Lima se ha vivido de espaldas a la historia, por que para mucha gente bien, aca en Lima las cosas no son si no pasan a dos cuadras de su casa, o si no son las cosas que le afectan a fulanito de tal.

9:36 AM  
Anonymous Anonymous said...

Para mi era chocante la forma en que mucha gente daba por sentado que el de Tarata había sido el ataque más sangriento de SL. Siempre encontré que la desigualdad que había entre la cobertura periodística de los ataques de SL en pueblos de la sierra y la que recibió el atentado de Tarata era una muestra de la indolencia hacia los más pobres del país. Creo que era Nelson Manrique el que solía preguntar en los coloquios cuántos de los presentes tenían un amigo o pariente entre las víctimas de la violencia política. Casi nadie levantaba la mano. En cambio, en Tarata murieron uno o dos estudiantes de la Universidad Católica, si no me equivoco.

9:45 AM  
Anonymous Anonymous said...

Le pregunto al anónimo de las 9:36.
¿La gente en Lima -y la gente en el Perú en general- cambió en algo luego conflicto armado interno.?
Creo que en líneas generales, no.
No creo que haya cambiado nuestro discurso ni nuestra manera de ver nuestras diferencias internas. La incomprensión básica que genero la violencia se mantiene.

9:52 AM  
Anonymous Anonymous said...

Dintilhacos sino quieren citar la fuente del post, por lo menos digan que esas declaraciones de Faveron han sido vertidas recientemente en una entrevista hecha por ruiz ortega.

9:55 AM  
Anonymous Anonymous said...

No hemos cambiando. Seguimos siendo aún indiferentes del drama que viven millones de personas en nuestro país y,las causas por las que un determinado sector de la sociedad decidió rebelarse, aún persisten, ello es innegable. Ahi estan las imagenes de Artemio y sus huestes en Panorama el domingo pasado.

10:03 AM  
Anonymous Anonymous said...

Tarata no puede ser identificado como un símbolo de la indiferencia, aun cuando sea cierto que muchos limeños del casco urbano -no así los de los conos- vivían de espaldas al problema de la violencia política.

10:08 AM  
Anonymous Anonymous said...

Que los "limeños" hasta los noventas hayan vivido de espaldas la violencia política que había entonces, es una tremenda confusión. Tarata no fue lo primero que ocurrió. Quizá el pico más alto. Pero recordemos que en los ochentas sendero puso una bomba en el colegio La Inmaculada. Por suerte no hubo muertos ni heridos porque alguien se dio cuenta, pero todo un laboratorio quedó destrozado. ¿Estamos hablando de un colegio cualquiera o de uno de símbolos perse de las clases altas de Lima? Que Tarata haya tenido mayor cobertura periodística, es una cosa. Pero que haya sido el punto de reconocimiento de la violencia política, no. El proceso de violencia política en el Perú provocado por sendero nos tocó a todos, pero a todos en el país. ¿Acaso no sufrimos todos en nuestras casas los cortes de energía eléctrica porque se volaron una torre de alta tensión?

10:19 AM  
Anonymous Anonymous said...

En verdad duele la sola posibilidad de que Tarata sea el símbolo de la indiferencia. Hubo una terrible masacre en Lucanamarca y aquí no hubo "barullo mediático", no pasó nada. Atentaron en Tarata y el mundo se vino abajo. La prensa, también lo recuerdo, tituló en sus portadas que lima era teatro de guerra cuando el Perú serrano lo era hacía mucho tiempo. En fin, nos ponemos sensibles porque nuestra conciencia nos dice que fuimos indiferentes. ¿No lo fuimos?

10:31 AM  
Anonymous Anonymous said...

No me cabe duda de que el atentado de Tarata puede resultar un símbolo adecuado para graficar el cambio de actitud de ciertos sectores limeños hacia el fenómeno del terrorismo. No hay que olvidar la respuesta dramática de los alcaldes de Miraflores y Villa El Salvador. Hicieron una marcha, ¿lo olvidan? Fue cubierta en grandes titulares por todos los diarios de circulación nacional y por la TV. Ese mensaje llegó a todas partes. ¿Aquella marcha no tuvo la fuerza necesaria para ser símbolo de un cambio de actitud? Creo que sí. Toda esa gente marchando indignada. No recuerdo otro acto como aquel, que tenga la misma fuerza simbólica.

10:46 AM  
Anonymous Anonymous said...

Hace diez años escribir sobre la violencia terrorista era algo polémico, arriesgado y comprometedor y muchos callaron. Hoy las cosas son diferentes, pues el tema ha pasado a formar parte de lo “políticamente correcto”. Ahi tienen a Cueto, Ampuero, Roncagliolo y evidentemente a Faveron.

10:49 AM  
Anonymous Anonymous said...

¿De cual Lima hablan? ¿San Isidro, Villa El Salvador, Comas?
Mucho raje de Lima, como si fuera una especie de hormiguero con sujetos intercambiables. Hay varias Limas, en realidad. Siempre se habla mal de la gente de los barrios residenciales. ¿Y los de la Lima criolla, Rimac, La Victoria, Barrios Altos? ¿Ellos tampoco han aprendido nada del terrorismo?
De otro lado, la nueva Lima (Lima Norte) demostró que SL era un movimiento sin verdadero arraigo popular. Por que incluso desde el Estado se pensaba que SL estaba infiltrado en ese supuesto cinturón de miseria, que los simpatizantes de SL eran de Comas, San Juan de Lurigancho o Carabayllo. Y la verdad fue que Abimael estaba de lo más feliz con la bailarina pituca Maritza Garrido Lecca, por que a el tambien le apestaban los cholos. Esa nueva Lima ni siquiera le dio la espalda a SL o al MRTA,simplemente estaba ocupada en sus propios proyectos. Seguramente Abimael se dio cuenta a tiempo, pero en lugar de comunicarlo a sus pobres seguidores, decidió exprimirlos hasta el final, mientras el se pachamanqueaba de lo lindo bailando como Zorba el Griego.
La población si ha aprendido muchas cosas.

12:25 PM  
Anonymous Anonymous said...

Después de la aparición de Toda la sangre, antología editada por la editorial Matalamanga sobre los años de violencia política en nuestro país, se vienen organizando un serie de eventos por el interés que este ha despertado entre algunos escritores e intelectuales. Lo que no me queda claro es hasta donde podemos avanzar con ellas. Es decir, que es lo que puede aportar discutir un tema que sin ser reduccionista, encuentra su origen en algo que a todos nos queda bastante claro y es: la flagrante desigualdad social y económica existente en nuestro país; o a alguién le queda dudas sobre ésto?

Si algo deseamos lograr con estas discuciones deberiamos plantearnos que alternativas tenemos para oponernos a un fenómeno como el que surgió en los años 80's, y que no es lejano que se vuelva a repetir, como muchos analistas afirman.

¿Que pueden hacer escritores e intelectuales que desde su torre de marfil solo escriben y discuten sobre ello sin asumir ninguna responsabilidad ni compromiso?

8:58 AM  
Anonymous Anonymous said...

Sobre Toda la sangre
La Mesa Redonda realizada en el CCPUC de San Isidro fue un auténtico fiasco por la pobre presentación de los panelistas. Un tipo llamado Félix Jiménez intentó una aproximación sociológica a la violencia política pero terminó más enredado con citas y frases fuera de lugar. Igualito a Eloy Jáuregui.
Luego intervino el "crítico" (así lo llaman) Javier Agreda que balbuceó cuatro palabras y apagó el micro. Un papelón. Cabe preguntarse a título de qué lo invitaron pues habló puras incoherencias.
Afortunadamente la participación del crítico (ese sí bueno) Carlos Garayar salvó la noche. Garayar abordó el tema de la violencia desde la literatura con acertados comentarios y anotaciones.

También hubo intervenciones buenas como la de Max Palacios (resumida por el anónimo de las 8:58) y otras lamentables como la de una vieja pituca, seguramente vecina del CCPUC.

Hablar de la violencia política en el corazón de San Isidro con panelistas sin rigor académico dice mucho de la miopía de los organizadores.
Y después tienen la desvergúenza de criticar a los políticos su falta de visión para entender el problema. El perro le dice al mono que tiene cola.

8:29 PM  
Anonymous Anonymous said...

¿Y desde donde se debe hablar de violencia política, estimado anónimo de las 8:29?

6:03 PM  
Anonymous Anonymous said...

Villa el Salvador, Comas, Huaycán La Cantuta, San Marcos, Nocheto, etc.etc.etc
¿De dónde eres para irte a dejar, anónimo de las 6:03?

1:49 PM  
Anonymous Anonymous said...

¿O sea que, segun 1:49 (carajo, esto parece un cuento de Alberto Hidalgo), solo ciertas personas están autorizadas a hablar sobre la violencia, por que viven en determinados lugares?
Ahora que, si me llevas con movilidad propia, déjame en el paradero Fiori...

2:22 PM  

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